LA ESTACIONALIDAD SE ENQUISTA EN LA COSTA A PESAR DE LOS RESULTADOS TURISTICOS EL SUR MÁLAGA

Vista de las obras que acomete la cadena RIU en Torremolinos para construir un complejo de 600 habitaciones con la unión del Costa Lago y el Belplaya.
Vista de las obras que acomete la cadena RIU en Torremolinos para construir un complejo de 600 habitaciones con la unión del Costa Lago y el Belplaya.
  • Esta temporada baja cierran sólo cuatro hoteles menos que el invierno pasado, lo que supone que el 20% de las plazas estarán inactivas

La estacionalidad se enquista en la Costa del Sol. De nada han servido ni los resultados turísticos históricos logrados durante la temporada baja y lo que va de año, ni las previsiones inmejorables en cuanto al aumento del 23% de la oferta de asientos para volar a la Costa del Sol para este invierno. Poco efecto se ha dejado sentir en el litoral del Plan Contra la Estacionalidad activado por la Consejería de Turismo. Las cifras de hoteles que cierran estos días y que no volverán a abrir en su mayoría hasta los meses de febrero o marzo revelan que son muy similares a las del invierno pasado. Un total de 34 establecimientos dejarán de estar operativos durante dicho periodo, es decir, cuatro menos que la temporada baja anterior, según avanzó el presidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos), Luis Callejón Suñé. Este dato supone que dejarán de estar operativas casi 19.500 plazas, justamente 1.420 menos que en el periodo invernal de 2015. En total, la oferta hotelera se verá reducida en un 20% de las plazas.
«Predominan los hoteles que cierran por temporada sobre los que lo hacen para proceder a realizar reformas de importante calado. Aún así algunos de los que habitualmente están inoperativos en invierno en esta ocasión también tienen previsto acometer algún tipo de mejoras», dijo Callejón Suñé, que también confiaba en que la reducción de la estacionalidad se acentuara este invierno. El aval de los resultados de la temporada baja parecía que pudiera ser un revulsivo que viniera a paliar la principal lacra de esta industria. Este invierno las dudas estaban más que disipadas, tanto por el balance cosechado, con crecimientos del 11,7% en viajeros alojados y de un 12,3% en las noches reservadas en la última temporada baja, como por las buenas expectativas para el invierno que ofrece el principal mercado emisor, como es el inglés, y por los movimientos previstos por las aerolíneas, que apuntan a la llegada de 700.000 pasajeros más hasta marzo.
Además, en la pasada temporada baja, los hoteles ganaron medio millón de pernoctaciones gracias al tirón de un turismo internacional que cobra fuerza. De hecho, el invierno de 2015-16 fue en el que la Costa registró la mayor cifra de viajeros internacionales, superando por primera vez los 700.000, según los datos facilitados por Turismo Costa del Sol.
El presidente de los hoteleros consideró que el problema del invierno viene determinado por la falta de rentabilidad de los establecimientos para mantenerse abiertos todo el año. Algo que, en parte, se amortigua con el aumento de viajeros que se viene constatando. Sin embargo, precisó que el problema está en que los costes son muy altos para los volúmenes de ocupación que se registran en invierno. De ahí, que insistiera en que para frenar la estacionalidad es fundamental llegar a un acuerdo global con las distintas administraciones, comenzando por el Gobierno, para que considere la petición de una rebaja en las cuotas a la Seguridad Social con los que reducir los costes laborales, hasta los ayuntamientos, algunos de los que ya han movido fichas para ofrecer rebajas del IBI y del Impuesto de Actividades Económicas (IAE) a los establecimientos que permanezcan abiertos todo el año. Y es que cuando un hotel permanece cerrado, el impacto de la inactividad se extiende por los comercios, bares y restaurantes de la zona. «Se necesitan ayudas a todos los niveles para poder entablar una proporción entre ingresos y gastos con una ocupación que no cubre costes y menos a los precios que se vende en invierno», puntualizó Callejón Suñé.
Sin embargo, los resultados históricos del verano, con una recuperación de la rentabilidad a través de una subida de precios, debían suponer un colchón mayor con el que poder soportar las jornadas invernales. Para lo que sí ha servido este incremento de ingresos ha sido para duplicar la inversión en reformas en hoteles, que esta temporada baja supera los 56 millones de euros. Una partida que tienen previsto acometer 27 establecimientos de la Costa, destacando el proyecto de 25 millones que lleva a cabo la cadena Riu para construir un gran complejo de 600 habitaciones con la unión de Riu Belplaya y el Riu Costa Lago. Sólo en los tres últimos años, las reformas hoteleras han movilizado en la provincia un total de 168 millones, una inversión que es clave para dinamizar sectores como el de la construcción, decoración o mobiliario.
También hay empresarios, no adscritos a Aehcos, que este invierno mantendrán abiertos por primera vez sus cuatro hoteles. Es el caso del grupo Peñarroya en el complejo Holiday World.

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