La Guardia Civil investiga el envenenamiento de seis mil matas de tomate cuya producción se estima en siete toneladas de esta hortaliza y cuya pérdida económica supera los siete mil euros. La denuncia está presentada en el puesto del instituto armado de Cádiar, en la Alpujarra, y los propietarios de la finca, tras encargar el correspondiente estudio a un laboratorio de Motril, hallaron grandes cantidades de Metam Sodio 50, un potente fungicida y herbicida bastante corrosivo, que fue diluido en agua y repartido por la zona donde estaban sembrados los tomates de esta finca de la localidad de Mecina Bombarón.
«Yo soy el presidente de la comunidad de regantes San Isidro de esta zona y me temo que lo que han hecho en mi finca es algún tipo de venganza por culpa del puesto que ocupo en la comunidad de regantes», señala Rafael García, agricultor y copropietario de esta finca.
Los tomates envenenados estaban a punto de ser recolectados para su posterior venta. Hubo suerte en cuanto a poder apreciar el desaguisado a tiempo y evitar que estas hortalizas llegaran al mercado. Entre los efectos adversos para la salud del Metam Sodio 50 se encuentra su elevada toxicidad, corrosión en la piel y es muy dañino para órganos vitales como riñones e hígado.
«Parte de esos pimientos envenenados los habíamos regalado a un familiar y tuvimos que llamar deprisa para evitar que los consumieran».
Rafael -de 62 años- y su esposa, los dos propietarios de la finca, también disponen de caballos y otros animales que no se vieron afectados por el envenenamiento de una parte de la parcela. Al menos, en eso hubo suerte.
«De esta finca vivimos nosotros y mi hijo, por tanto el perjuicio económico ha sido grande. Además, no disponemos de seguro. Por eso espero que se dé con el autor de este envenenamiento lo antes posible y que pague por lo que ha hecho».
De momento, el Seprona de la Guardia Civil de Órgiva es quien está investigando este asunto desde que se presentó la denuncia hace ya más de un mes. Rafael García está convencido de que esta fechoría obedece a algún tipo de venganza por culpa del puesto que ocupa en la comunidad de regantes. «Sólo quiero que se hagan las cosas bien y eso me ha obligado a llamar la atención a más de uno. En ese sentido, nadie me va a cambiar», sentenció.
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