LAS PESQUEIAS FINANCIERAS LLEVAN AL EDIFICIO DE TORRES HURTADOS Y NIETO GRANADA HOY
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La Policía investiga el bloque de pisos promovido por ellos y
sus familiares en Obispo Hurtado, después de un acuerdo para adquirir el
suelo con las religiosas del colegio aledaño
La
larga investigación del caso Nazarí se encauza hacia el rastro del
dinero y a su vinculación con la construcción del edificio número 8 de
la calle Obispo Hurtado, un bloque de pisos recién levantado por una
comunidad de propietarios formada en su mayor parte por el exalcalde,
José Torres Hurtado, la exconcejal de Urbanismo, Isabel Nieto, y sus
familiares directos e indirectos. Los dos principales investigados en
esta causa comparten vecindad en este inmueble.
El Expediente Obispo, como lo ha llamado la Policía,
es uno de los ocho casos urbanísticos investigados por supuestas
irregularidades. A diferencia de los demás asuntos, en este caso no se
indaga sobre los beneficios que podría haber obtenido un empresario
gracias a las decisiones municipales. La Policía sospecha que eran los
máximos dirigentes políticos del Ayuntamiento los que en esta ocasión
salieron beneficiados de las decisiones adoptadas por el Consistorio.
Además, hace unos días la Policía remitió a la jueza
una petición para que le autorice a indagar más en las cuentas bancarias
relacionadas con Isabel Nieto, al detectar movimientos de fondos en una
cuenta a nombre de su madre, que tendría relación con el pago de su
aportación a la promoción del edificio de Obispo Hurtado.
En su declaración judicial, el exalcalde fue
preguntado sobre este asunto y confirmó que tanto él como otros
familiares suyos (hija, hermanos y sobrinas) tienen pisos en el mismo
edificio y en algunos casos viven allí.
La parcela donde se levantó el edificio formaba parte
originalmente de la propiedad eclesiástica de la Congregación Siervas
del Evangelio, que mantienen un colegio allí al lado. Se reordenó este
espacio, se abrió una calle y quedó libre una parcela de 462 metros a la
que se le atribuyó uso residencial, que fue comprada por la familia de
Torres Hurtado, Nieto y resto de integrantes de la Comunidad de
Propietarios formada para esta promoción.
Hubo un acuerdo con las religiosas de cesión de suelo
"por obra o urbanización futura", lo que significa que los promotores
solo tuvieron que pagar en metálico a la Congregación una pequeña
cantidad de casi 90.000 euros, frente a los 3,5 millones en los que se
valoró la cesión. El acuerdo se formalizó el 31 de diciembre de 2012.
La fiscal del caso, Sara Muñoz Cobo, quiso indagar en
el declaración de Torres Hurtado sobre el origen de estos suelos y le
preguntó sobre la recalificación de los terrenos que eran de uso
dotacional (educativo) y la expropiación para la apertura de la calle.
El exalcalde aseguró que desconocía los detalles porque todo eso era muy
antiguo.
Entre los adquirientes del suelo que figuran en
aquella escritura están el exalcalde y su esposa, la hija y el yerno de
ambos, varios sobrinos y algunas de sus parejas, Isabel Nieto y su
marido y la constructora Etosa, que fue la encargada de hacer la obra y
se reservó un pequeño porcentaje.
Se hizo una división horizontal de la propiedad entre
todos los participantes en base a la futura construcción de un edificio
de 12 viviendas. La Policía en su informe llama la atención al
respecto, pues el inmueble finalmente tendría 17 viviendas.
Los investigadores dan cuenta a la jueza también de
los préstamos hipotecarios que suscribe cada uno de los intervinientes
en relación a su participación. Ahí consta la hipoteca de 280.000 euros
firmada por Isabel Nieto con BMN y que luego liquidaría con un dinero
prestado por su madre, según explicó en su propia declaración. La
Policía indaga ahora en esa relación del dinero entre sus cuentas y las
de su madre.
El informe policial también hace constar que no
aparecen hipotecas específicas de esta promoción a nombre de Torres
Hurtado. Entre las pesquisas realizadas antes de las detenciones del
pasado 13 de abril hubo labores de vigilancia a los exediles y sus
familiares en la puerta de este edificio.
Desde el punto de vista urbanístico, la investigación
se centra también en las irregularidades que se cometieron en la
construcción del inmueble y que fueron puestas de relieve por un técnico
municipal al hacer una inspección. Al parecer, los techos de los pisos
no llegaban a la altura mínima exigida en la normativa vigente. A pesar
de ello, el inmueble fue legalizado en base a un criterio llamado
"principio de proporcionalidad" que los propios técnicos advirtieron que
se aplica de forma "excepcional". Para dar el visto bueno se
consideraba que las disconformidades no eran sustanciales.
Esta irregularidad fue objeto de un expediente de
disciplina urbanística y la sanción fijada por el técnico en un primer
momento llegó a los 489.000 euros. Pero en sucesivos informes se fue
rebajando esta cantidad por diferentes motivos hasta rondar los 60.000
euros.
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